Es un rasgo típico de personas que padecen frustración, rabia, baja autoestima, timidez, con tendencia a preocuparse, y perfeccionistas. Se sabe que este trastorno es mucho más habitual en esas personas que tienen niveles muy altos de emociones negativas, como ansiedad, preocupación, o incluso aburrimiento.
Morderse las uñas constantemente puede ocasionar lesiones que, en los casos más graves, provocan retracción de encías. Alteración de la mandíbula: según estudios realizados recientemente, el hecho de morderse las uñas también puede generar trastornos mandibulares.
Morderse las uñas favorece la proliferación de bacterias que, a su vez, favorece el mal aliento y la aparición de infecciones bucales como la gingivitis. De la misma forma, también resulta habitual que aparezcan aftas y llagas en la boca.
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